«SI LUCHAMOS, GANAMOS» Carta de los compañeros readmitidos de Jardines Alberto

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Han sido ocho meses de lucha para los trabajadores que fuimos despedidos del restaurante Jardines Alberto de la ciudad de Granada, como represalia por nuestra participación en la pasada huelga del sector de la Hostelería, los días 29 de agosto, 10 y 11 de septiembre. El pasado 31 de octubre empezamos una campaña pública de denuncia, reivindicando nuestra readmisión, para lo que contamos con el apoyo de nuestro sindicato, el Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras (S.A.T.). También contamos con el apoyo solidario de múltiples organizaciones de clase, destacando la actividad que ha desarrollado la Asamblea Interprofesional de Granada en nuestro conflicto. Iniciamos, así mismo, las pertinentes acciones legales para que nuestros despidos fueran reconocidos como nulos. Desde entonces, fuimos convocando concentraciones a las puertas del restaurante varios días a la semana, pidiendo el boicot y el apoyo a nuestra lucha, capeando las varias denuncias que la dirección del restaurante nos iba poniendo, todas ellas archivadas.

Fuimos a la huelga bajo la convicción de que los trabajadores y trabajadoras del sector ya no podíamos seguir retrocediendo en derechos y que la huelga es la última arma de legítima defensa que nos queda a la clase trabajadora. Pero la respuesta de nuestra empresa no fue otra que despedirnos a los tres trabajadores que secundamos las tres movilizaciones; con el agravante de que uno de nosotros era Delegado de la Sección Sindical del S.A.T en la empresa.

Nosotros, como trabajadores de la hostelería, vivimos las jornadas previas a la huelga con inquietud e indignación. Hemos aguantado “mecha” en varias empresas del sector durante años, en trabajos donde no se te daba de alta, donde sabías cuando entrabas pero no cuando salías, donde las horas extras eran parte de tu horario normal, etc. Ahora, la patronal dirigida por Trinitario Betoret echaba sal en la herida pidiendo hacer tabla rasa con nuestro convenio.

Nuestros despidos pusieron otra vez al descubierto la realidad cruel que se esconde bajo la estampa de la Granada turística. Los recortes de derechos y las prácticas abusivas en la hostelería crecen día a día de una manera sólo comparable al crecimiento de los beneficios de la patronal. Recordemos que, el verano pasado, Granada volvió a batir record de crecimiento turístico en Andalucía. Pero en esa situación, bien entrado el siglo XXI, se sigue despidiendo a trabajadores por ejercer el derecho a huelga. ¿Dónde quiere llegar esta patronal hostelera? ¿En manos de quién está el sector que está tirando de la economía de la provincia?

Fuimos a la huelga por preservar los derechos de los trabajadores y trabajadoras de la hostelería de Granada. Y nuestro despido no hizo más que poner más a las claras la alarmante situación que está padeciendo el sector. Pues sabemos que la precariedad extrema del nuestro sector facilita estas prácticas represivas, que las más de las veces se dan en el día a día bajo la amenaza constante del despido. La actitud caciquil de Jardines Alberto (empresa adherida a la Federación de Hostelería de Granada) nos enseñó que aquí no sólo luchamos por nuestros puestos de trabajo, luchamos también por cambiar por fin las tornas en el sector y recuperar tantos derechos perdidos por los trabajadores y trabajadoras.

Tras estos ocho meses, nuestra lucha y la de todos los compañeros y compañeras, ha dado su fruto pues de los tres trabajadores que fuimos despedidos hemos sido readmitidos dos, por sentencia que declara la “nulidad” de nuestros despidos, declarándose el otro despido como “improcedente”, con la consiguiente indemnización.

A nosotros nos gusta ver estas victorias no como personales, sino como el triunfo de la clase trabajadora, que manteniendo una lucha inteligente y constante, consigue defender sus derechos, los pocos que nos están dejando, conseguidos con el sufrimiento de los que nos precedieron. Por supuesto, queremos agradecer a nuestros familiares y amigos, que se han mantenido firmes junto a nosotros, insuflándonos el aliento que en tantas veces hemos necesitado en este tiempo.

A la patronal hostelera granadina, sepan por lo que ha ocurrido en Jardines Alberto que los trabajadores y trabajadoras somos personas, no mercancía, y que sus intentos de pisotearnos les puede costar caro. Y a los trabajadores y trabajadoras, compañeros y compañeras del sector de la hostelería, que esta victoria sirva para recordar que también podemos responder a los abusos que padecemos. Solo tenemos que darnos cuenta de la enorme capacidad que tenemos para defender lo que es nuestro cuando estamos dispuestos a organizarnos entre nosotros y nosotras, porque somos miembros de una misma clase, la clase que hace funcionar sus bares, restaurantes, hoteles, etc. La clase que hace funcionar Granada cada mañana, la clase trabajadora.

Sección Sindical del S.A.T. en el Restaurante Jardines Alberto.

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